jueves, enero 21, 2010

martes, octubre 10, 2006

VETUSTA


La torre de la catedral de Oviedo.

Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro, que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de la catedral, poema romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne, era obra del siglo diez y seis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una de esas torres cuya aguja se quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas, como señoritas cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza, y hasta sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo, lanzándose desde allí en pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones. Como haz de músculos y nervios la piedra enroscándose en la piedra trepaba a la altura, haciendo equilibrios de acróbata en el aire; y como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza se mantenía, cual imantada, una bola grande de bronce dorado, y encima otra más pequeña, y sobre esta una cruz de hierro que acababa en pararrayos.

Cuando en las grandes solemnidades el cabildo mandaba iluminar la torre con faroles de papel y vasos de colores, parecía bien, destacándose en las tinieblas, aquella romántica mole; pero perdía con estas galas la inefable elegancia de su perfil y tomaba los contornos de una enorme botella de champaña. -Mejor era contemplarla en clara noche de luna, resaltando en un cielo puro, rodeada de estrellas que parecían su aureola, doblándose en pliegues de luz y sombra, fantasma gigante que velaba por la ciudad pequeña y negruzca que dormía a sus pies.

Leopoldo Alas, "Clarin", La Regenta (1884-1885), capitulo primero.

domingo, octubre 08, 2006

JOAN BROSSA



Joan Brossa, "PAIS", poema-objeto.


PROYECTOS DE POEMAS

1. Una A pintada sobre una bola de billar.

2. Recitar poemas con unas gafas en la boca.

3. Con un sello pegado en los labios meter la cabeza en un saco
y contar hasta cien.

4. Hacer sombras chinescas con una letra pintada en cada mano.

5. Ponerse un brazalete amarillo y fumar un cigarro; ponerse
un brazalete rojo y beber un vaso de agua.

6. Dibujar en una pared un paraguas abierto y titularlo Diana;
dibujar una flecha clavada en una diana y titularla Paraguas.

7. Escribir un poema sirviéndose de mondadientes para formar
las letras.

8. Arrancar una hoja de un libro de poemas y quemarla,
concentrando sobre ella los rayos del sol con una lupa.

9. Comenzar la proyección de una película con luz de día de
modo que durante la proyección transcurra el crepúsculo y se
haga noche cerrada.

10. Asomados al balcón recortar las letras de un soneto una
por una.

11. Iniciar en voz alta la lectura de un poema largo sabiendo que
un compañero, desde otra habitación, va a cortar la corriente
eléctrica de un momento a otro.

12. Disparar un cohete, dibujarse un ojo en el ombligo y destruir
una jaula.

Joan Brossa ( Barcelona 1919-1998)

Versión de Andrés Sánchez Robayna

MEDITERRÁNEO




Joaquin Sorolla, Las velas, 1916.
Oleo sobre Lienzo, 75 x 90
Madrid, Museo Sorolla


Texto:
Mediterráneo
Letra y Música de J.M. Serrat


Quizá porque mi niñez
sigue jugando en tu playa,
y escondido tras las cañas

duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya,

y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.

Yo,

que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos

de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.

A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.

A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino...

Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero...

¿Qué le voy a hacer, si yo
nací en el MEDITERRÁNEO?

Nací en el MEDITERRÁNEO...

Y te acercas, y te vas
después de besar mi aldea.
Jugando con la marea

te vas, pensando en volver.
Eres como una mujer
perfumadita de brea

que se añora y que se quiere
que se conoce y se teme.

Ay...

si un día para mi mal
viene a buscarme la parca.
Empujad al mar mi barca

con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.

Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.

Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...

Cerca del mar. Porque yo
nací en el MEDITERRÁNEO...

Nací en el MEDITERRÁNEO...

Nací en el MEDITERRÁNEO...

Joan Manuel Serrat, "MEDITERRÁNEO", del disco homonimo (1971).

LA FE DE MIS MAYORES


Ignacio Zuloaga
El cristo de la sangre - 1911
Óleo sobre tela
248 x 302 cm.
Museo Reina Sofía. Madrid


Texto:

La Saeta


¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?

Saeta Popular

¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía
que echa flores
al jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!




Antonio Machado, Campos de Castilla (1913).

martes, octubre 03, 2006

VANIDAD DE VANIDADES


In Ictu Oculi
Titulo: In Ictu Oculi, 1671 h.
Autor: Juan De Valdés Leal
Museo: Hospital de la Caridad de Sevilla
Caracteristicas: Oleo sobre lienzo 220 x 216 cm.
Estilo: Barroco Español


TEXTO:

Francisco de Quevedo
(1580-1645)

Descuido del divertido vivir a quien
la muerte llega impensada


Vivir es caminar breve jornada
y muerte viva es, Lico, nuestra vida,
ayer al frágil cuerpo amanecida,
cada instante en el cuerpo sepultada:

nada, que, siendo, es poco, y será nada
en poco tiempo, que ambiciosa olvida,
pues, de la vanidad mal persuadida,
anhela duración, tierra animada.

Llevada de engañoso pensamiento
y de esperanza burladora y ciega,
tropezará en el mismo monumento,

como el que, divertido, el mar navega,
y, sin moverse, vuela con el viento,
y antes que piense en acercarse, llega.

Heráclito Cristiano




Sobre el cuadro

En la obra que contemplamos aparece la muerte llevando debajo su brazo izquierdo un ataúd con un sudario mientras en la mano porta la característica guadaña. Con su mano derecha apaga una vela sobre la que aparece la frase "In Ictu Oculi", en un abrir y cerrar de ojos, indicando la rapidez con la que llega la muerte y apaga la vida humana que simboliza la vela. En la parte baja de la composición aparecen toda una serie de objetos que representan la vanidad de los placeres y las glorias terrenales. Ni las glorias eclesiásticas escapan a la muerte -por lo que aparece el báculo, la mitra y el capelo cardenalicio- ni las glorias de los reyes -la corona, el cetro o el toisón- afectando a todo el mundo por igual ya que la muerte pisa el globo terráqueo. La sabiduría, las riquezas o la guerra tampoco son los vehículos para escapar de la muerte. La filosofía barroca de la "vanitas" difícilmente puede plasmarse mejor en un lienzo. El cuadro está rematado en un arco de medio punto y compositivamente sigue un esquema triangular en el que se inscriben un amplio número de diagonales que dotan de mayor ritmo al conjunto. El fondo en penumbra crea un efecto más dramático y simbólico al sugerir que la muerte sale de las tinieblas y avanza hacia el espectador, dotando de mayor teatralidad a la escena. El contraste entre el negro del fondo y la viveza del colorido de los objetos y las telas también tiene un sentido alegórico. Debido a estos trabajos, Valdés ha cosechado una fama de pintor de la muerte que no merece ya que sólo se preocupó de cumplir a la perfección el encargo de su cliente, obteniendo un resultado de gran impacto visual y espiritual.

DOS RETRATOS DE MIGUEL DE UNAMUNO



Juan de Echevarria, Retrato de don Miguel de Unamuno



A DON MIGUEL DE UNAMUNO

Por su libro Vida de Don Quijote y Sancho.

Este donquijotesco
don Miguel de Unamuno, fuerte vasco,
lleva el arnés grotesco
y el irrisorio casco
del buen manchego. Don Miguel camina,
jinete de quimérica montura,
metiendo espuela de oro a su locura,
sin miedo de la lengua que malsina.

A un pueblo de arrieros,
lechuzos y tahúres y logreros
dicta lecciones de Caballería.
Y el alma desalmada de su raza,
que bajo el golpe de su férrea maza
aún durme, puede que despierte un día.

Quiere enseñar el ceño de la duda,
antes de que cabalgue, el caballero;
cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda
cerca del corazón la hoja de acero.

Tiene el aliento de una estirpe fuerte
que soñó más allá de sus hogares,
y que el oro buscó tras de los mares.
Él señala la gloria tras la muerte.
Quiere ser fundador, y dice: Creo;
Dios y adelante el ánima española...
Y es tan bueno y mejor que fue Loyola:
sabe a Jesús y escupe al fariseo.

Antonio Machado, Campos de Castilla, 1913.

lunes, octubre 02, 2006

OH, GUITARRA!


P. Picasso, Guitarra, 1913.



Juan Gris
La guitare sur la table 1913
FICHA TÉCNICA
La guitare sur la table
1913
Oleo, lienzo
60 x 73,7 cm.



Juan Gris
La guitare 1918
FICHA TÉCNICA
La guitare
1918
Oleo, lienzo
81 x 59,5 cm.



J.Gris, Guitarra ante el Mar, 53 x 64 cm.,1925, óleo sobre lienzo, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía , Madrid.


Juan Gris
Guitare et compotier 1926-27
FICHA TÉCNICA
Guitare et compotier
1926-27
Oleo, lienzo
73 x 60 cm.

TEXTO 1: GERARDO DIEGO: CUADRO

En la línea vanguardista, Diego es el máximo representante español del Creacionismo. Tal movimiento, nacido en París hacia 1917, participa del irracionalismo poético; es decir, se propone una creación verbal al margen de la lógica. En el poema, las palabras se unen al azar, en un juego muy libre. No se pretende reflejar ninguna realidad, sino crear una realidad dentro del poema. En general, hay que aceptar las imágenes creacionistas como son, sin buscarles un significado lógico, dejándonos llevar por ellas a un mundo totalmente inventado, muy distinto del real.Creer lo que no vimos es la Fe; crear lo que nunca veremos, esto es la poesía. A esta línea corresponden libros originálisimos del autor, como Imagen (1922) y Manual de espumas (1924), obras cumbre de la Vanguardia española.

CUADRO

El mantel jirón del cielo

es mi estandarte

y el licor del poniente

da su reflejo al arte


Yo prefiero el mar cerrado

y al sol le pongo sordina

Mi poesía y las manzanas

hacen la atmósfera más fina


Enmedio la guitarra Amémosla


Ella recoge el aire circundante

es el desnudo nuevo

venus del siglo o madona sin infante


Bajo sus cuerdas los ríos pasan

y los pájaros beben el agua sin mancharla


Después de ver el cuadro

la luna es más precisa

y la vida más bella


El espejo doméstico ensaya una sonrisa

y en un transporte de pasión

canta el agua enjaulada en la botella


TEXTO 2: GERARDO DIEGO: GUITARRA

Guitarra
Habrá un silencio verde
todo hecho de guitarras destrenzadas.

La guitarra es un pozo
con viento en vez de agua.

Gerardo Diego. Imagen.Imprenta Ambos Mundos.(Madrid, 1922)

TEXTO 3: FEDERICO GARCIA LORCA: LAS SEIS CUERDAS

Las seis cuerdas

La guitarra,
hace llorar a los sueños.
El sollozo de las almas
perdidas,
se escapa por su boca redonda.
Y como la tarántula
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.

Federico García Lorca
Poema del Cante Jondo (1921)

TEXTO 4: FEDERICO GARCIA LORCA: LA GUITARRA

La Guitarra
Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas
de la madrugada.
Empieza el llanto
de la guitarra.
Es inútil
callarla.
Es imposible
callarla.
Llora monótona
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada.
Es imposible
callarla.
Llora por cosas
lejanas.
Arena del Sur caliente
que pide camelias blancas.
Llora flecha sin blanco,
la tarde sin mañana,
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
¡Oh guitarra!
Corazón malherido
por cinco espadas.


Federico García Lorca, Poema del cante jondo, 1921.


Sobre Juan Gris

José Victoriano González Pérez, conocido mundialmente por Juan Gris, nació en Madrid el 23 de Marzo de 1887. Su padre era un conocido empresario papelero, D. Gregorio González casado con Isabel Pérez, con quien tuvo catorce hijos. Juan Gris hacía el número trece. Estudió en buenos colegios hasta que su afición y facilidad por el dibujo hicieron que tomara clases en distintas escuelas de Arte. El estilo académico y rígido de estas hicieron que José renunciase a seguir los cauces de la pintura tradicional.

Después de la muerte de su padre Juan Gris viajo a París con la idea de realizar una brillante carrera artistica. Se instaló en el famoso "Bateau Lavoir" junto a otros artistas como Picasso. Después de unos años con problemas económicos y sentimentales -nació su hijo Jorge educado en España por su hermana- , en 1910 Juan Gris empezó a dedicarse en exclusiva a la pintura. Las influencias de Cézanne, Picasso y Braque hicierón nacer en él el estilo cubista que le haría famoso en el mundo entero.

Comenzó con cuadros de tonos grises que cambio a mediados de la década -1915- por composiciones coloristas con collages que otorgaban a sus obras una originalidad dentro del cubismo. Ya había conocido a Jossette, su compañera de por vida. En esta época pintó sus cuadros más coloristas, "Violín y vaso", "El torero", "Guitarra sobre una silla", "Las tres cartas"...

Comenzó a ser conocido en los ambiemtes artísticos, pero problemas legales le impidierón viajar y salir de Francia para realizar exposiciones fuera del país galo. Los numerosos contratos y trabajos elevaron su situación artistica y económica y en 1922 desplazó su estudió del "Bateau Lavoir" a Boulogne-sur-Seine. El motivo fué su delicada salud, aquejado de fuertes ataque de asma, los médicos le aconsejaron un clima más cálido y soleado.

Realmente hasta 1924 Juan Gris no entró dentro del núcleo de los grandes artistas. Pero en ese año sus pinturas empezaron a cotizarse como grandes obras de arte y realizó sus creaciones más conocidas como "La Mujer del cesto", "El libro rojo", "El mantel Azul" o "Mujer en la ventana". Pero su felicidad duró poco ya que fallecía el 11 de Mayo de 1927 en una aguda crisis asmática. Sólo con cuarenta años desaparecía uno de grandes artistas del siglo XX. No nos queda más remedio que imaginarnos la cantidad de talento y obras que no pudo dejar en vida.

FELIPE II A CABALLO por Rubens


Una mirada mueve un pura sangre.
La gloria alada porta la corona,
laurel de la Victoria remontando
la aurora sublimada de las guerras.

El ímpetu del alma soterrada
y la pausa real, ya revelados
de la muerte, se visten luminarias
de espejismos flamencos de otro César.

Una mirada, sombra de un recelo.
Pecho austero en devota filigrana,
y tonos penetrando los destinos.

El blanco vence al ocre en la batalla,
arenisca en los cascos de un centauro,
pero alzando la voz, el primer plano

conquista con su nervio la belleza.


(Sobre "Felipe II a caballo". Rubens)



Felipe Fuentes García

martes, septiembre 26, 2006

ALENZA: SATIRA DEL SUICIDIO ROMANTICO






El blanco busca al púrpura en delirio
y el torbellino de locura vuela
sobre el abismo donde cuelga y hiela
la muerte en desolada luz de cirio.

Curva el torso del árbol como a un lirio
la soga del despecho, y se rebela
contra el ocre tenaz que la desvela
como lazo sombrío de martirio.

La espada escrutadora yace oblícua
-cruz derribada- al pie del desatino
que despeña la voz de la conciencia,

mientras el hielo de la daga inicua,
enfilando a su propio, blanco lino,
pudre desesperada la existencia.


Felipe Fuentes Garcia
(Sobre la Sátira del suicidio romántico, L. Alenza)

viernes, septiembre 15, 2006

TORRES DE COMPOSTELA



ANTE LAS TORRES DE COMPOSTELA.

También la piedra, si hay estrellas, vuela.
Sobre la noche, biselada y fría,
creced, mellizos lirios de agonía,
creced, pujad, torres de Compostela.

Campo de estrellas vuestra frente anhela,
silenciosas maestras de porfía.
En mi pecho -ay, amor- mi fantasía
torres más altas labra. El amor vela.

Y ella -tú- aquí, conmigo, aunque no alcanzas
con tus dedos mis torres de esperanzas
como yo estas de piedra con los míos,

contemplo, entre mis torres las estrellas
-no éstas de otoño, bórralas- aquellas
de nuestro Agosto ardiendo en sueños fríos.

Gerardo Diego, de Sonetos a la piedra.