miércoles, septiembre 13, 2006

DULCINEA -DUCHAMP Y OCTAVIO PAZ



Dos años después que Borges, en 1981, obtuvo el Premio Cervantes el escritor mexicano Octavio Paz (1914-1998). Ya hemos citado unos textos suyos alusivos a Cervantes y el Quijote. Nos centramos ahora en su obra poética, en concreto en dos composiciones de su libro ÁRBOL ADENTRO[21]: La Dulcinea de Marcel Duchamp y Ejercicio preparatorio.

Sabida es la atención que Paz dedica en su obra a las artes plásticas, a la síntesis de las Artes y la Filosofía diría yo. Incluso dedica un libro al pintor vanguardista francés, Marcel Duchamp o el castillo de la pureza (1968). Como nota “prescindible” según su autor, Paz nos informa sobre las circunstancias que rodean al cuadro que pintó Duchamp a los 24 años y que hoy se exhibe en el Museo de Arte de Filadelfia: En 1911 Marcel Duchamp vio una joven en una calle de Neuilly. No le dirigió la palabra pero su imagen fue el modelo de un cuadro que llamó “Retrato o Dulcinea”. La joven está representada cinco veces, desde ángulos diferentes; en cada una de ellas aparece más desvestida, hasta la total desnudez. Un surtidor que se divide en cinco chorros (...) El retrato de esa Dulcinea, imaginaria como la de Don Quijote, es el momento inicial de la larga “anamorfosis” que es toda la obra de Duchamp: de una muchacha desnuda (la Aparición) a la Idea (la Apariencia: la forma) a la muchacha otra vez (la Presencia). Qué bien casa esta visión pictórica de Dulcinea con la que de ella tiene el hidalgo manchego, una figura en constante movimiento, cambiante, princesa-labradora, presente y ausente a la vez en su imaginación. Octavio Paz dedica a este cuadro un magnífico soneto del que destacaría el lema que lo precede, recreación de un endecasílabo cervantino, el número diez en el Diálogo entre Babieca y Rocinante, de lo sonetos introductorios al Quijote de 1605[22]. Escribe Cervantes: Metafísico estáis. – Es que no como.... Parafrasea Paz: - Metafísica estáis. – Hago striptease. Y sigue el soneto:



LA DULCINEA DE DUCHAMP

-Metafísica estáis.
-Hago striptease.

Ardua pero plausible, la pintura
cambia la blanca tela en pardo llano
y en Dulcinea al polvo castellano
torbellino resuelto en escultura.

Transeúnte de París, en su figura
-molino de ficciones, inhumano
rigor y geometría- Eros tirano
desnuda en cinco chorros su estatura.

Mujer en rotación que se disgrega
y es surtidor de sesgos y reflejos:
mientras más se desviste, más se niega.

La mente es una cámara de espejos:
invisible en el cuadro, Dulcinea
perdura: fue mujer y ya es idea.